‘Diatessaron’, ‘Orpheus Music’ y ‘Coro Arsis’, tres de las formaciones de música coral más destacadas de la Región, se darán cita este sábado, 4 de noviembre, en Caravaca de la Cruz, para protagonizar ‘Canto de difuntos’, una actuación que trascenderá de los patrones habituales del concierto clásico. El acto tendrá lugar a las 20.30 horas, en la iglesia parroquial de El Salvador, con entrada libre.
Además de interpretar a los más grandes compositores de música coral sacra, como Byrd o Bruckner, durante este concierto, organizado con la colaboración del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz y el Conservatorio ‘Leandro Martínez Romero’, se llevará a cabo el estreno mundial de ‘Xibalbá’, obra de inspiración maya del compositor murciano Jaime Belmonte, quién adelanta que “el vínculo histórico del Día de los Muertos entre el rito católico y pagano se verá reflejado en este concierto: música y coro rodeará al público, literalmente, haciendo de este concierto no sólo una extraordinaria experiencia artística, sino una profunda reflexión espiritual."
Los tres coros que participan en el encuentro tienen una larga trayectoria musical. En la primera parte del concierto, cada formación interpretará por separado una extraordinaria recopilación de repertorio a cappella. Grandes nombres de la música tradicional religiosa estarán presentes, como Palestrina y Byrd, así como compositores del periodo moderno como Stravinsky o Naujalis. Además, se interpretará a Dowland, exponente de la música coral profana de la época isabelina.
En la segunda parte del concierto, las tres agrupaciones se unirán formando una gran masa coral de 70 personas. En primer lugar se interpretará el famoso Begräbnisgesang (Canto de Difuntos) de Johannes Brahms. Tras establecer definitivamente la estética funeraria del concierto, el coro rodeará al público y Caravaca presenciará el estreno mundial Xibalbá.
Nunca antes se ha producido en esta ciudad el estreno de una obra musical de tal vanguardismo. Ha sido compuesta específicamente para este concierto, con la plantilla establecida de 3 coros y 17 instrumentos de viento. La obra es una evocación mortuoria de la cultura maya. Su disposición compositiva hará que el sonido provenga de todas partes, reforzado además por la extrema reverberación de la iglesia. El público experimentará que se está moviendo y viajará hacia estados sensitivos no explorados.
La obra finaliza en un impetuoso caos, que sumirá en penumbra al templo por un instante. La oración más importante del cristianismo devolverá la luz a la iglesia; un grandioso Credo in unum Deum de Anton Bruckner supondrá el cierre al concierto.
Uno de los objetivos de este proyecto es hacer reflexionar al público sobre los límites del arte. Un repertorio de extrema calidad guiará a la audiencia por distintos niveles expresivos, consumándose en la vorágine de Xibalbá. El final puramente sacro supondrá la epítome al concierto. En definitiva, se le dará la posibilidad al oyente de disfrutar de una experiencia artística total.
