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Fiestas de Mayo
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Declaradas de Interés Turístico Internacional
En plena primavera Caravaca se engalana para recibir sus días grandes. Declaradas fiestas de interés turístico internacional, las fiestas de Mayo son mundialmente conocidas por tratarse de un festejo "insólito y pasional", único en el mundo. Son días de emociones en los que, los caravaqueños y los visitantes, comparten pasiones y alegría exaltando a la Santísima y Vera Cruz. Se celebran del 1 al 5 de mayo oficialmente (aunque la prefiesta comienza allá por el mes de marzo). La Santísima Cruz es acompañada durante esos días por Caballos del Vino, Moros y Cristianos que festejan y celebran las tradiciones de la ciudad.
Los Caballos del Vino
Declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
De todos cuantos festejos integran las fiestas patronales, sin duda el más original es el de los Caballos del Vino, que tiene lugar en la tarde del día 1 y la mañana del 2 de mayo, y en el que se integran tres concursos: el de Caballo a Pelo, el de Enjaezamiento y la Carrera.
A finales de 2020, concretamente, el 16 de diciembre de dicho año, le cupo el inmenso honor a Caravaca de la Cruz de recibir este reconocimiento por parte de la UNESCO hacia tan singular festejo popular que amalgama arte y tradición y cuyo origen está relacionado con uno de los rituales más antiguos, la bendición del vino y las flores por la Vera Cruz.
1 de mayo
Ofrenda de flores, en explanada del Castillo-Santuario.
Entramos en el pórtico de las fiestas.
En el año 1976 se introdujo este último ritual de la ofrenda popular que concuerda y se relaciona con la bendición del vino y de las flores del día siguiente. Tiene su sentido y justificación; se adelanta este ofrecimiento floral, porque no se puede hacer después. Las flores quedan depositadas en el templo, pero sin bendecir, como sí lo serán junto con las flores ofrecidas por el Alcalde al día siguiente.
La Cruz sale fuera para presidir la misa y recibir las flores. El marco engrandece al ritual. Es el primer contacto emocional, visual y ambiental con lo que ya es irreversible. El tiempo está cumplido.
Caballos a pelo. Llegada, en calles y barrio del Hoyo.
La tarde del día 1 ha ido adquiriendo un ambiente más dinámico. Tiene el carácter de la presentación de distintos elementos que van a ser esenciales al día siguiente (bordados, caballos, bandas musicales). Van llegando gran número de visitantes; un pulular de gentes diversas alegra las calles.
Hay que ver los caballos a su llegada por el entorno del barrio del Hoyo, en las calles del histórico enclave que fue cuna de los Caballos.
Se contemplarán animales hermosos con crines al aire, blancos, tordos y de negro azabache. Los caballistas de los distintos barrios los conducen con cierto nerviosismo, con cuidado y con atención. Es la primera visión que nos sitúa directamente en el ambiente del día siguiente.
Concurso caballos a pelo. Plaza del Hoyo.
Ver la plaza del Hoyo a rebosar nos recuerda tiempos pasados. Estamos en la cuna del festejo, barrio popular donde los haya, origen de veteranos y afamados caballistas.
Es el aire primero que debió tener el mundo de los caballos; una muestra del ambiente secular de una fiesta de tipo agrícola que ya pereció. Los caballos llegan desde los distintos barrios; se hace una exhibición para apreciar mejor su estilo y cualidades, una presentación de fuerza con la gente jaleando al animal.
Todo acaba con la presentación, corriendo al trote alrededor de la plaza, preludio del reto de la lucha que vendrá a las pocas horas.
Entrada bandas de música; en Gran Vía y plaza del Arco - Ayuntamiento.
Después de la exhibición de los Caballos y hasta este nuevo acto, el paseo por los lugares del casco antiguo nos lleva a la Gran Vía, arteria principal de la ciudad en donde contemplaremos la entrada de bandas acompañadas de multitud de integrantes y familiares de los grupos festeros, que se dirigen a la plaza del Ayuntamiento para cantar todos a coro el himno de la ciudad. Todo se llena ya de sonido festivo.
Visita bordados de caballos, en diversos lugares de la Gran Vía y calles adyacentes.
En esta víspera se contempla el otro elemento que compondrá al día siguiente un caballo del vino: vestimenta y bordados. Las distintas peñas exponen la ropa de enjaezamiento de sus respectivos caballos. Es una visita rápida para apreciar el valor artístico de unos bordados espectaculares en colorido, diseño y ejecución, con personajes y escenas típicas de las fiestas y de sus rituales. Pero, atención, que todavía no hemos visto un caballo del vino, sino sus componentes por separado. Una ropa, vistiendo a su caballo, puede cambiar, si no se acopla bien al animal.
2 de mayo
Si alguien tiene interés en vivir plenamente los Caballos, le aconsejamos que muy de madrugada empiece su jornada y salga a la calle por los alrededores de la población, buscando una cuadra o local apropiado para ver preparar y vestir un caballo.
En todos los hogares las familias están levantándose y preparándose para su día esperado. Pero no todos han dormido; en más de sesenta lugares los caballistas más veteranos y conocedores de la faena han comenzado su labor a las cuatro de la mañana. Es casi un rito con sabor semioculto esta primera labor, realizada con el frescor del alba, la luna iluminando los contornos montañosos y el lucero matinal en lo alto. Con las primeras luces la naturaleza se va despertando; se palpa un silencio expectante y apenas se oye nada.
A las siete de la madrugada, el repique general de campanas y la fuerte tronería desde la altura del castillo nos avivan el sentimiento de que estamos en la mañana de los Caballos.
Mañana
Los caballos han salido por sus barrios y calles a dar el inicial y tranquilo paseo. Se está cumpliendo el rito. Es la exaltación del caballo, el culto a los hijos del viento; solo, sin montar, con sus cuatro caballistas es el centro de atención, recordatorio de un espíritu legendario que en este caso está vinculado a la historia local y al ritual de bendición del vino.
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9.30 h. Misa de Aparición, en el Templete-Bañadero.
Es la primera cita de la mañana: los Caballos deben asistir a este inicial ritual que siempre ha tenido un sabor caballístico. El encuadre mañanero es más que adecuado. Misa deliciosa al aire libre, con agua y flores y el colorido multiforme de los caballos juntos en la plaza del Bañadero, con los montes visibles y cercanos.
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11.00 h. Caballos por barrio del Hoyo y plaza del Arco.
Enseguida los caballos y peñas respectivas van a emprender su recorrido por su barrio característico. En este entorno de calles estrechas, el festejo, la plasticidad y la belleza del conjunto de caballos adquiere matices más intensos y expresivos. El recuerdo de los antiguos caballistas de los tiempos heroicos aflora espontáneamente.
Después del recorrido por la plaza del Ayuntamiento y la Gran Vía los caballos van a desembocar nuevamente en la Glorieta y a la cercana plaza del Bañadero. Es un recorrido circular el que se ha realizado. Aquí se detiene la comitiva para dar paso al otro festejo, integrado en la mañana, de moros y cristianos que desfilan por este itinerario con la presencia oficial de Autoridades y Cofradía para dirigirse a la calle Mayor, camino de la subida al Castillo.
Esta mañana es caballista por excelencia, pero la presencia de unos cuantos grupos de moros y cristianos con sus respectivas bandas de música, unidas a las de los caballos, hacen que en este día la fiesta esté en la calle.
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12.00 h. Caballos en la Glorieta (Corredera) y en trayecto hacia el Castillo.
Es la única ocasión para poder contemplar a sesenta caballos más pausadamente, y todos cercanos. Es otra estampa y visión dentro de los variados matices que ofrecen los caballos.
En la Glorieta, con los caballos parados formando un conjunto multicolor, el espectáculo está cuajado de vistosidad y colorido. Sobresale aquí el aspecto estético. Bordado, caballo y sol forman la trilogía fundamental. Es el momento de poder apreciar y saborear el conjunto equilibrado de una ropa estudiada en sus motivos, telas y colores, con figuras de bordado en terciopelo y oro resplandecientes por un sol limpio, brillante y mesurado todavía.
Después de pasar moros y cristianos, ya incorporados al desfile, las Autoridades oficiales de las fiestas cierran esta primera parte e inmediatamentedetrás los caballos inician este último tramo del recorrido a través de la calle Mayor para llegar al inicio de la cuesta del castillo. En dicha calle se inicia el ritual de las flores recogiendo el Hermano Mayor la bandeja floral y entregándola al Alcalde que la subirá hasta el Santuario.
Los primeros caballos en fila vienen detrás preparándose para los dos momentos culminantes, para las dos confrontaciones máximas: la carrera y la posterior presentación en la explanada.
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14.00 h. Baño del vino y de las flores. Castillo-Santuario.
Conforme vamos subiendo, advertimos que cambia el paisaje y el decorado. Dejamos el enclave urbano y nos adentramos en otro medio físico con sólo el castillo como elemento central y fundamental.
Hay expectación y tensión de espera para ver aparecer a los caballos que van subiendo al principio de la cuesta. La gente apenas deja espacio libre; hay que abrirse paso entre ella, y, en medio de este ambiente, una bandeja de flores que avanza y se pierde entre el gentío. Es un destello humilde de lírica en medio de la épica.
El ritual floral y del vino es corto en el tiempo, pero denso en contenido histórico, simbólico y poético. El alcalde, en nombre de la ciudad, ofrenda la bandeja a la Cruz que está presente en una mesa preparada al efecto. El capellán reza la bendición sobre el vino, dispuesto en un recipiente, y las flores que están al lado; sumerge tres veces la Cruz en el vino y con el goteo de él rocía las flores.
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14.00 h. Carrera en la cuesta del castillo.
Al mismo tiempo del baño en el vino, los primeros caballos han empezado individualmente a «correr la cuesta». No hay temor a perderse este esencial «casi rito» de los caballos, porque son sesenta los que competirán en intervalos de unos tres a cinco minutos. Nos restan unas horas hasta ver el último.
Tenemos tiempo de presenciar aquí unos cuantos caballos y bajar poco a poco hasta la mitad del recorrido para tener otra perspectiva de visión o, si podemos, llegar hasta el inicio para verlos en perspectiva inversa a la del final por donde comenzamos. En todo caso se recomienda precaución y no colocarse en el centro por donde los caballos van a abrir espacio, porque el peligro de algún disgusto puede acecharnos.
La carrera es un espectáculo y acción brava, fuerte, de lucha contra el tiempo y de competición. El caballista auténtico pone su honor de tal en la acción de unos segundos que emplea su caballo en subir; quiere ganar el primer puesto y espera este momento todo el año.
Colorido, fuerza, pasión, rivalidad, hombría y veteranía para correr componen un festejo insólito y pasional.
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16.00 h. Premio de enjaezamiento. Explanada del castillo.
Por el incremento de caballos participantes, este acto final de los caballos se ha ido retrasando. Aquí los caballos de «ropa nueva» se presentan ante un jurado y compiten para el premio de vestimenta. Los caballos acuden veloces y la gente trata de fusionarse con ellos.
Al anunciarse el primer premio, la explosión de alegría y abrazos de los componentes del barrio vencedor es emotiva. La música suena triunfante y el caballo vencedor corre entre la gente.
Tarde
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20.30 h. Procesión, bajada de la Cruz. Desde la puerta del castillo a plaza del Arco.
Todo es solemne en esta tarde: las Autoridades, la Cofradía, el trono de la Cruz cuajado de flores, el estilo, el silencio, la devoción en la procesión de velas, el acompañamiento de moros y cristianos. La Cruz sale a la explanada que parece un escenario distinto al de unas horas antes.
La bajada por la cuesta es un momento excepcional por lo que sugiere. Otra vez en plena naturaleza con la última brisa del crepúsculo.
La Cruz se encamina al final de la bajada. Hay un sucesivo juego de encuadres. La campana mayor del Salvador deja oír su sonido grave y anuncia a la gente que espera en la ciudad, que la Cruz está bajando.
La tarde es procesión, ritmo pausado, solemne y organizado. Hay tonos legendarios, evocadores de una Cruz protectora de las tierras de frontera, cuyas sierras de la Serrata y Mojantes se divisan al fondo. Todo el desfile por la Gran Vía y calle Mayor hasta el Salvador prosigue su ritmo en una ambientación tranquila, sosegada, relajada y relajante. Es otra Caravaca.
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21.00 h. Moros y cristianos en el mismo entorno.
Moros y cristianos, con su sonido musical de fondo ambientador de luchas épicas, dan escolta a la Cruz, integrándose a la procesión en el mismo castillo y cuesta de bajada.
Es un acompañamiento preceptivo que data de los primeros momentos de la fiesta. Es otro momento especial de fusión de elementos diversos que crean una secuencia irrepetible, los grupos y kábilas bajando en pelotón con trajes que conservan su fidelidad histórica, nos sumerge todo en el túnel del tiempo.
Algo ancestral, trascendente y como fuera del tiempo actual renace en nuestro pensamiento y sentir. Se acabará este día pletórico con la Cruz en el templo del Salvador para realizar al día siguiente el rito principal.
3 de mayo
El día de la festividad litúrgica de la Cruz, la jornada más antigua de las fiestas, el día originario de las fiestas, en el cual se celebran los ritos más antiguos (baño y misa) que dieron lugar a las mismas.
Mañana
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11.00 h. Misa de la Cruz; parroquia arciprestal del Salvador.
La mañana se inicia con la misa solemne y oficial cuyo estilo distintivo le viene dado porque es un rito unido en su origen a la bajada y baño en el agua.
Siempre se ha celebrado en este día; después del Baño, en el castillo en donde se hacía solemne fiesta al regreso de la Cruz, (antes de existir el Salvador) y después en la Soledad (primera parroquia, acabada de la frontera) para pasar a celebrarse en el Salvador, cuando la Cruz regresaba del Bañadero hacia el mediodía del mismo día tres y era subida por la tarde.
Era antiguamente también la misa a la que asistían gentes de las numerosas pedanías y campos de la comarca que venían en carros para presenciar a la tarde el Parlamento y Baño.
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12.30 h. Desfile infantil, en la Gran Vía.
El objeto de este desfile es agrupar a los numerosos niños y ofrecerles ls ocasión para ser ellos los protagonistas directos del ambiente festivo de estos días. Los reyes de ambos bandos presiden la demostración con las músicas propias de los mayores.
El estilo de desfilar, el buen hacer sorprenden por lo pronto que van asimilando los niños las características propias de los moros y cristianos y de los Caballos del Vino de Caravaca.
Tarde
Vamos a asistir al ritual más antiguo, origen de las fiestas. La mañana, tranquila y pontifical, da paso al movimiento y al gentío en la calle de nuevo, pero sin bullicio. Es todo distinto al transcurrir del día anterior. Resurge el retumbar repetido de tambores y un estilo de lucha, de confrontación, de conmemoración de frontera.
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18.00 h. Bandos moro y cristiano y salida de la Reliquia. Desde el Salvador hasta la altura de la cuesta de la Cruz.
Se trata del inicio y primer transcurso de los Bandos, precediendo a la Cruz por las calles antiguas para llegar a la cita del Bañadero. Una anotación preliminar:
se trata del mismo recorrido secular del inicio ritual (desde 1384) para llevar la Cruz a las entonces acequias de agua, fuera de las murallas y en pleno campo.
Hoy las calles antiguas van señalando el camino a seguir.Otros van directamente a la amplia plaza del Baño para «coger situación».
El desfile, que por única vez precede a la comitiva de la Cruz y transcurre por estos parajes de calles estrechas también en esta sola ocasión, se nos manifiesta en un recorrido distinto a la carrera tradicional de otras procesiones. Hay un cambio de escenografía más histórica y romántica con una luminosidad no muy potente. Es el itinerario fijo desde tiempos medievales.
Este estilo lo ocasiona el fuerte significado histórico fronterizo que imprime la celebración del rito medieval del Baño. Se percibe que no es un desfile de exhibición, sino que es un recorrido impuesto, que se inicia por un motivo y que conduce a una meta con sentido.
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20.00 h. Llegada de la Cruz a la cuesta, desde la plaza del Bañadero.
Bajan los grupos compactos con paso uniforme, bandeándose por la pendiente con música a veces trepidante, con aires de un ejército que va a la batalla y ya cercano al escenario para tomar posiciones. Al fondo la plaza, repleta de gente, deja espacio para que los grupos vayan ocupando sus lugares. Los reyes, a caballo en medio de la plaza, se disponen a parlamentar.
Hay expectación ante la inminente llegada de la Cruz y cuando lentamente se atisba en lo alto, un murmullo se deja sentir. En la cima, iluminada en su paso de procesión, domina toda la cuesta. Es el momento de empezar el diálogo de enfrentamiento, cuando ritualmente llega la Cruz a la puesta del sol.
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20.30 h. Parlamento y lucha, en la plaza del Bañadero.
El Parlamento es la expresión de unas vivencias y sentimientos heredados, porque manifiesta todo el contenido histórico del enclave fronterizo. El sentido de lucha desgarrada, los insultos recíprocos, el triunfo de la Cruz producen un eco manifiesto en el sentir y en la mente de los asistentes.
Se revive por momentos la historia en el simulacro de lucha posterior, mezcla de colorido y algarabía informal. Sones de clarín, gritos y encontronazos, ruidos de espadas, símbolos de los dos ejércitos y la gente que alienta con sus voces crean un colorido especial; secuencia cinematográfica de media hora.
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21.15 h. Baño de la Cruz y bendición de las aguas, en el Bañadero-Templete.
Recordamos que se trata del rito más antiguo, origen de las fiestas. Ritual señero con más de 600 años, impregnado de clasicismo. La multitud se agolpa alrededor del Bañadero. Hay expectación y cierta tensión, cuando la Cruz solemne, pausada y procesional va bajando por la cuesta que lleva su nombre.
Al llegar al Templete, es introducida dentro del recinto para sumergirse en el agua por cada uno de los cinco arcos del monumento. El baño es el ritual más importante, cargado del más rico simbolismo.
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21.45 h. Procesión y desfile, por Glorieta o Gran Vía.
El desfile procesional inicia el regreso al Salvador. Ahora moros y cristianos van en retaguardia, cerrando la marcha.
De esta manera acaba el día más oficial de las fiestas. Hay una sensación de que el tiempo se nos escapa y no podemos dominarlo
4 de mayo
Mañana
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9.00 a 12.00 h. Cruz de impedidos en puntos diversos. Parroquia del Salvador.
La mañana de los dos últimos días de fiesta está dedicada exclusivamente a la visita de la Cruz a todos los impedidos de la ciudad. Es un largo y exhaustivo recorrido el que hay que hacer. Este ritual, con más de un siglo de existencia, es estrictamente religioso y nos denota el sentido más profundo y significativo de las fiestas.
Con paso andariego la Cruz recorre prácticamente todos los lugares y parajes de la ciudad con el acompañamiento oficial de Cofradía, «armaos» y gente que sigue el palio.
Hay momentos de verdadera y sincera emoción, cuando la Cruz penetra en hogares humildes con toda la familia de hijos y nietos alrededor del enfermo para recibir la rápida bendición y proseguir el trayecto con la campanilla, anunciando la cercanía de la Cruz.
Tarde
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20.00 h. Gran Parada - Desfile de moros y cristianos, en la Gran Vía.
El día cuatro no contiene procesión. El carácter religioso de la mañana da paso al desfile-exhibición de la tarde, un gran espectáculo que se adecua perfectamente al fundamento de las fiestas. Es colorista, brillante y evocador al máximo de la historia de Caravaca.
No es un desfile de guerra, sino de exhibición triunfal y lúdica, de esplendor con las mejores galas, pero sin perder el aire militar y de formación en grupo, propio de Caravaca.
Grupos con sus respectivas bandas de música y grupos de mujeres ejecutando coreografías, hacen del desfile un espectáculo que quedará grabado y se recordará con el agrado que produce lo bello y lo acorde con la historia heredada.
5 de mayo
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8´30 h. Procesión desde la Parroquia de El Salvador y subida al Castillo.
La mañana transcurre otra vez con la Cruz de impedidos. Se palpa un ambiente de tranquilo sosiego.
En esta tarde postrera, numerosa gente de la ciudad y de los contornos visitan y adoran la Cruz en la arciprestal del Salvador. A las últimas horas de sol, parte la procesión hacia la Basílica. Devoción y religiosidad en una procesión clásica con algunos miles de personas, portando velas y formando dos interminables filas.
La comitiva en la plaza del Arco constituye otro de los encuadres finales, digno de retratarse, el momento en que suena la campana mayor del Salvador, inspirando sensaciones parecidas a las de la bajada del día dos.
Es todo un simbolismo marcado por un sentido ritual, de sugerencias de vida y serena contemplación. Cruz, campana y arco en una procesión de poesía y esperanza.
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21.15. Bendición de la naturaleza en la explanada del Santuario.
Ya con las últimas luces y con las sombras de los montes lanzadas hacia la ciudad, con el tenue aliento rojizo de las alturas de la serranía, la Cruz se pone en contacto último con la naturaleza. Desde las almenas y hacia los cuatro puntos cardinales da la bendición a la ciudad, a los campos, a las cosechas en un abrazo de fusión y protección.
Después de adorar la Reliquia en el templo la comitiva oficial abandona el recinto.
Con los fuegos de artificio todo el desarrollo de los cinco días ha acabado. En Caravaca comienza ahora la cuenta de un nuevo año que transcurre de mayo a mayo.
PROGRAMA DE FIESTAS
Programa de Fiestas
Textos: Guía de las Fiestas de la Cruz. (1-5 de mayo).
Autor: D. Pedro Ballester Lorca.
Fotos:
Archivo Fotográfico Ayuntamiento de Caravaca
Quico Lag
Mª Ángeles López Sastre
Ramón Marín -
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Exaltación de la Cruz
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En los últimos días de verano, del 10 al 14 de septiembre, se organizan los actos de la Exaltación de la Cruz. Son actos de carácter religioso donde el principal es el Quinario de la Exaltación. Cientos de fieles acuden al Santuario para venerar a la Sagrada Reliquia, siendo, en el ámbito de la Fe, días tan importantes como los de mayo.
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Fiesta de las Cuadrillas
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Declaradas de Interés Turístico Nacional.
Se celebra en la pedanía caravaqueña de Barranda y tiene lugar siempre el último domingo del mes de enero. Se trata de un interesante Festival de Cuadrillas que interpretan el folklore tradicional de la zona: animeras, pardicas, jotas, etc. Esta fiesta tiene su origen en el año 1979 al amparo de la Fiesta de la Candelaria, Patrona de Barranda. Este festejo tiene vida propia y una gran proyección, siendo el primer festival de música tradicional y más antiguo de cuantos se celebran en España. Al ser la primera fiesta de este estilo que se hacía en esta Comarca, en la Región de Murcia y en España, supuso la revitalización de muchas cuadrillas que prácticamente habían desaparecido.
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Semana Santa
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Caravaca de la Cruz celebra su Semana Santa realizando diversos actos religiosos que rememoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. En estas fechas el patrimonio imaginero de las iglesias de la ciudad sale a la calle en las numerosas procesiones que se organizan por las distintas Cofradías caravaqueñas.